Lxs que hacemos la Cátedra Gramsci
miércoles, 4 de noviembre de 2009
jueves, 22 de octubre de 2009
Martes 27/10 - Sujeto
Martes 20/10
15:30 hs
Aula 202
Facultad de Ciencia Política y RRII
La temática del sujeto, de la subjetividad política, ha oscilado en importancia dentro de la teoría política. De la “muerte del sujeto” a la posibilidad de “múltiples subjetividades”, el acento sin embargo, no se ha puesto siempre en la potencialidad de una subjetividad propiamente política. En una coyuntura concreta como la latinoamericana, donde los enfoques han insistido con la idea de “ciudadanía” como una clave de la teoría democrática, se trata de marcar los posibles ribetes “pasivos” de este enfoque, utilizando esto como disparador para una revisión de los aportes que intentan postular que la activación de un sujeto colectivo, es condición imprescindible de cualquier lucha política.
Textos:
- Marx, Karl - La cuestión judía
- Lenin, Vladimir - ¿A qué herencia renunciamos?
- Lukács, Georg - El proletariado como clase dirigente
martes, 22 de septiembre de 2009
Martes 20/10 - Estado
15:30 hs
Aula 202
Facultad de Ciencia Política y RRII
Durante nuestro paso por la facultad, oímos hablar permanentemente acerca del Estado: existen múltiples teorizaciones sobre su dimensión, sus características institucionales, etc, pero no encontramos discusiones acerca de la realidad de ese estado, sus alcances, las funciones que desempeña cuando lo ponemos en relación con los sujetos sociales sobre los que pretendemos pensar. En este, como en otros casos, permanecemos inermes mientras intentamos memorizar de manera sistemática las distintas ofertas de la academia, que avanza implacablemente con su constante avidez de novedades. Ya lo sabemos: el pensamiento único -la política única- no se lleva nada mal con la multiplicidad de ofertas...
No estamos dispuestos a aceptar la extinción teórica del Estado que el (neo)liberalismo impone como certeza, tampoco nos contentamos con aceptar acríticamente que el estado "vuelve" a intervenir en la economía... Asumimos por el contrario que la política (nuestra política) consiste en pensar y practicar lo que la política dominante declara imposible. Es por esto que proponemos rediscutir qué significa el Estado y pensar nuestras prácticas dentro y fuera de él, tensando en esa aproximación todo un acervo teórico hoy amputado de nuestros planes de estudio.
Vamos subiendo en este post los textos que propusimos en el Cuaderno de Apuntes:
Lukács, Georg - El Estado como arma
Luxemburgo,Rosa - Reforma o Revolucion
Mazzeo, Miguel - ¿Qué(no)hacer?
Gramsci, Antonio - Tres principios,Tres órdenes
Gramsci, Antonio - El estado (en Notas sobre Maquiavelo)
Lenin - El Estado y la revolución (cap 1, 2 y 5)
Marx, Karl - La ideología alemana (primera parte)
Thwaites Rey, Mabel - Estado y marxismo (Introducción y cap. 1)
miércoles, 16 de septiembre de 2009
Martes 22/09... Democracia
Martes 22/09
15:30 hs
Aula 202
Facultad de Ciencia Política y RRII
¿De que hablamos cuando hablamos de democracia? Hoy, nuestras aulas y programas sostienen y defienden un modelo de democracia que se nos aparece como indiscutible, sacrosanto, intocable. Sin embargo, replantearnos los límites de las democracias que supimos conseguir, debería ser nuestra prioridad. Pretenden presentarnos al régimen democrático como el abanderado de la igualdad social, y por supuesto de la libertad. Pero en cuanto empezamos a interpelar sobre como se resuelve al interior de esos regimenes la desigualdad económica, la pobreza, el hambre, la exclusión, se evidencia como la sola posibilidad de adquirir un derecho no nos llena el plato de comida, ni nos da trabajo, ni nos educa. Estas democracias que excluyen a las mayorías populares en nombre de un sistema económico que se nos presenta como el más apto para nuestras sociedades, no pueden seguir pretendiendo sostener su velo de neutralidad.
Disputar la democracia que nos quieren imponer, implica comenzar juntos el camino de la construcción de una democracia que nos incluya a tod@s como sujetos políticos. Reconocer los límites, pero también atravesarlos, es hoy nuestro desafío.
martes, 8 de septiembre de 2009
¿Por qué Antonio Gramsci?
Elegimos a este intelectual, por haber sido uno de los más brillantes del siglo XX. Sus aportes fueron fundamentales para comprender y transformar nuestras sociedades, y los mismos fueron fruto de una práctica concreta, uniendo reflexión y acción.
Él, fue un militante revolucionario nacido en el crepúsculo del siglo XIX. Comprometido desde el principio con la construcción transformadora, tuvo un largo recorrido militante, iniciado en el periódico L’Ordine Nuovo y participando de los Consejos de Fabrica. Fundó el Partido Comunista Italiano, y ser miembro de su Comité Central le valdría la condena del régimen fascista a 20 años de cárcel. Pero, incluso estando encarcelado, no pudieron callar su voz.
Hoy, a través de su pensamiento y con el ejemplo de su práctica política, buscamos problematizar nuestra formación, nuestras concepciones y nuestros programas para comenzar a andar el camino hacia una sociedad libre de opresores y oprimidos.
Él, fue un militante revolucionario nacido en el crepúsculo del siglo XIX. Comprometido desde el principio con la construcción transformadora, tuvo un largo recorrido militante, iniciado en el periódico L’Ordine Nuovo y participando de los Consejos de Fabrica. Fundó el Partido Comunista Italiano, y ser miembro de su Comité Central le valdría la condena del régimen fascista a 20 años de cárcel. Pero, incluso estando encarcelado, no pudieron callar su voz.
Hoy, a través de su pensamiento y con el ejemplo de su práctica política, buscamos problematizar nuestra formación, nuestras concepciones y nuestros programas para comenzar a andar el camino hacia una sociedad libre de opresores y oprimidos.
¿Por qué una Cátedra Libre?
Entendemos que una cátedra libre nos permite, principalmente, crear un espacio de discusión colectiva. Proponiendo una pedagogía distinta a la utilizada habitualmente en las cátedras curriculares de la facultad, pensamos que no somos cajas vacías a llenar de conocimientos y títulos sino que, por el contrario, somos capaces de construir conocimiento colectivamente.
Desempolvando discusiones hoy silenciadas y leyendo autores ausentes en la carrera o presentados fragmentariamente, intentamos problematizar sobre las limitaciones de las teorías en boga para comprender la realidad. Desnudando, así, el sentido común que nos ataca con “supuestos” y nos impide ver más allá de lo evidente.
Libres de armar nuestro “programa” de cátedra y libres de la vorágine academicista que nos dice que hay que saber más y más pero nunca pensar, pretendemos darnos un espacio, hacernos un tiempo para enfrentar a las teorías como verdaderos sujetos críticos y hacernos cargo, entonces, de nuestras lecturas culpables.
Desempolvando discusiones hoy silenciadas y leyendo autores ausentes en la carrera o presentados fragmentariamente, intentamos problematizar sobre las limitaciones de las teorías en boga para comprender la realidad. Desnudando, así, el sentido común que nos ataca con “supuestos” y nos impide ver más allá de lo evidente.
Libres de armar nuestro “programa” de cátedra y libres de la vorágine academicista que nos dice que hay que saber más y más pero nunca pensar, pretendemos darnos un espacio, hacernos un tiempo para enfrentar a las teorías como verdaderos sujetos críticos y hacernos cargo, entonces, de nuestras lecturas culpables.
domingo, 6 de septiembre de 2009
Algunas líneas para pensar nuestra educación
Durante el transcurso de nuestras carreras, en la mayor parte de espacios que nos toca atravesar en tanto estudiantes, nos encontramos con prácticas pedagógicas y dinámicas áulicas signadas por una concepción de la educación que podríamos denominar “bancaria”, como propone Paulo Freire. Esta concepción descansa sobre una noción del “educador” como aquél depositante que narra y llena con contenidos a los “educandos”, l@s cuales se consideran entonces como depositari@s pasivos, objetos pacientes/oyentes. Todo esto radica en una idea del educando no como sujeto sino como objeto vacío, desprendido de su propia historicidad y sin posibilidades de vincular a los contenidos depositados por aquél que narra (educador) con el contexto que les otorga sentido. Mediante esta operación des-vinculante, que borra la relación entre los contenidos y la totalidad de la que forman parte, la palabra se vacía, y se transforma en un verbalismo hueco, alienado y alienante.
L@s que hacemos la Cátedra Gramsci nos aventuramos en una búsqueda por romper con esa manera de concebir los procesos pedagógicos. Creemos que gestar este tipo de espacios de formación conlleva el desafío de repensar críticamente las maneras en las que en tanto sujetos nos relacionamos con los saberes, con el conocimiento que buscamos construir colectivamente, pero sobre todo, con las formas en que afrontamos los procesos y tiempos de esa construcción.
Queremos quebrar la visión que separa educador/educandos, esforzándonos por acortar esa brecha a medida que creamos propias y novedosas prácticas educativas. Prácticas que nos permitan visualizarnos y sentirnos sujetos de nuestra historia en el camino por aprender “a decir nuestra palabra”, porque con ella nos constituimos como hombres y mujeres, al igual que damos a luz a la comunidad humana que habitamos, instaurando el mundo en el que nos humanizamos, humanizándolo.
L@s que hacemos la Cátedra Gramsci nos aventuramos en una búsqueda por romper con esa manera de concebir los procesos pedagógicos. Creemos que gestar este tipo de espacios de formación conlleva el desafío de repensar críticamente las maneras en las que en tanto sujetos nos relacionamos con los saberes, con el conocimiento que buscamos construir colectivamente, pero sobre todo, con las formas en que afrontamos los procesos y tiempos de esa construcción.
Queremos quebrar la visión que separa educador/educandos, esforzándonos por acortar esa brecha a medida que creamos propias y novedosas prácticas educativas. Prácticas que nos permitan visualizarnos y sentirnos sujetos de nuestra historia en el camino por aprender “a decir nuestra palabra”, porque con ella nos constituimos como hombres y mujeres, al igual que damos a luz a la comunidad humana que habitamos, instaurando el mundo en el que nos humanizamos, humanizándolo.
sábado, 5 de septiembre de 2009
Invitación
En nuestra facultad se conjugan de manera específica saber y poder.
Contra la concepción dominante que reclama para el estudiante el lugar de un depósito de conocimientos, de reproducción de categorías y conceptos claves de un saber inmaculado “sobre lo político y lo social, creemos necesario interrogarnos sino avalamos así, la ilusión positivista de un acceso cristalino al reino de la política. Si dudamos, es porque detrás de esta vacilación se esconde la sospecha de la politicidad del pensamiento, de su carácter inextricablemente polémico, de su cara (a menudo oculta) desafiante. Si estamos en lo cierto, ya no será tan simple la sentencia “conocimiento sobre lo político” dado que habremos apuntado una dimensión de disputa, a la concepción de un saber empapado de politicidad, a un conocimiento propiamente político que renuncia a territorios diáfanos sobre los cuales erigirse sino que, por el contrario, asume su lugar específico en el centro de una lucha.
Es precisamente esta politicidad la que nos inspira a sugerir la importancia de un espacio como la C.L.A.G. La cátedra invita, así, a un desafío para nosotros, los estudiantes. Convoca a conformar un espacio que reivindique su libertad desde el mismo momento que, allí situados, los estudiantes podamos discutir, polemizar y, ¿por qué no atrevernos?, a poner en cuestión, a interrogar algunas “verdades” de un conocimiento que parece haber decidido no querer pensarse a sí mismo.
Contra la concepción dominante que reclama para el estudiante el lugar de un depósito de conocimientos, de reproducción de categorías y conceptos claves de un saber inmaculado “sobre lo político y lo social, creemos necesario interrogarnos sino avalamos así, la ilusión positivista de un acceso cristalino al reino de la política. Si dudamos, es porque detrás de esta vacilación se esconde la sospecha de la politicidad del pensamiento, de su carácter inextricablemente polémico, de su cara (a menudo oculta) desafiante. Si estamos en lo cierto, ya no será tan simple la sentencia “conocimiento sobre lo político” dado que habremos apuntado una dimensión de disputa, a la concepción de un saber empapado de politicidad, a un conocimiento propiamente político que renuncia a territorios diáfanos sobre los cuales erigirse sino que, por el contrario, asume su lugar específico en el centro de una lucha.
Es precisamente esta politicidad la que nos inspira a sugerir la importancia de un espacio como la C.L.A.G. La cátedra invita, así, a un desafío para nosotros, los estudiantes. Convoca a conformar un espacio que reivindique su libertad desde el mismo momento que, allí situados, los estudiantes podamos discutir, polemizar y, ¿por qué no atrevernos?, a poner en cuestión, a interrogar algunas “verdades” de un conocimiento que parece haber decidido no querer pensarse a sí mismo.
Esta invitación no calcula respuestas de antemano, es una verdadera invitación a un trabajo colectivo. Por su propia naturaleza colectiva y por sus intenciones explícitas, no puede (ni podría) descansar, en certezas a priori o absolutas. Se trata, más bien de afirmarnos como estudiantes que hacen del conociento un arma crítica, dispuestos a interrogar e interrogarse para ejercer, a través de la práctica (si entendemos que la teoría no se halla en las alturas del reino de las ideas sino que es una práctica teórica), la politicidad de un colectivo. Sin puerto seguro, tal vez, pero zarpando con la premisa de que sólo así podremos cruzarnos con realidades que no sean las que ya conocemos.
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