
Lxs que hacemos la Cátedra Gramsci


Durante el transcurso de nuestras carreras, en la mayor parte de espacios que nos toca atravesar en tanto estudiantes, nos encontramos con prácticas pedagógicas y dinámicas áulicas signadas por una concepción de la educación que podríamos denominar “bancaria”, como propone Paulo Freire. Esta concepción descansa sobre una noción del “educador” como aquél depositante que narra y llena con contenidos a los “educandos”, l@s cuales se consideran entonces como depositari@s pasivos, objetos pacientes/oyentes. Todo esto radica en una idea del educando no como sujeto sino como objeto vacío, desprendido de su propia historicidad y sin posibilidades de vincular a los contenidos depositados por aquél que narra (educador) con el contexto que les otorga sentido. Mediante esta operación des-vinculante, que borra la relación entre los contenidos y la totalidad de la que forman parte, la palabra se vacía, y se transforma en un verbalismo hueco, alienado y alienante.
En nuestra facultad se conjugan de manera específica saber y poder.